miércoles, 13 de diciembre de 2017

Gabriel Pantoja



1


Psicopatología de la vida cotidiana

la interrupción
de un destino de desplazamientos en un
circuito fijo y el afecto por el punto
fijo en el circuito
y el haber
creído decir algo
ahí
parecido a un punto que forme
un circuito fijo, otro
circuito al decir y creer
haberlo dicho
como si se desplazara
es el yo

*

Un campo de energía invisible
Llena el vacío del espacio
un anillo de 18 millas de circunferencia
Donde dos haces de partículas corren en direcciones opuestas
Convergiendo y estrellándose a la velocidad de la luz.

*

la
interrupción
de un destino de desplazamientos en un
circuito fijo que es un campo de energía invisible
y el afecto por el punto en el circuito
de energía y el haber
creído decir algo
como si fuese
ahí
visible ahora el punto y
como si
nuevamente se fijase
el punto llenando el vacío del espacio
semejante a un anillo de 18 millas de circunferencia
donde de pronto dos haces de partículas se desprenden de ahí
y corren
en direcciones opuestas
convergiendo y precipitándose y estrellándose nuevamente en ese
punto que está formando otra vez un circuito y otro
al decir
y creer haber dicho
algo
como si se desplazara
a la velocidad de la luz
es el yo

*

ahora darle de comer
a los perros





2

Los amores
disímiles caben, y
buscan entrar dos
veces en apariencias
simétricas, solo
para desobedecer
al dios
que los oye.




3


No es la tela
donde se balancea
el espacio este espacio
en que escribís. No es
la materia incompleta
que te tiene queriendo más
o puteando así. Un sapo
es todo el jardín
decís, y por eso esas
flores reventadas
y violetas y la
hojarasca después
con su danza de oro
quebradizo y reseco.
Está ante vos ahora
el jardín y ante vos
ahora el sapo y las flores
y adentro también está
jardín sapo y flores
tu decir. Un sapo es
el fondo sobre el que
habías apoyado
el fruto y resbalaste
mismamente por
la apoyatura y el fruto
y así venías tan pronto
con tu cicatriz universal
un día hasta el muro
a escribir esto:
es la imbecilidad
de lo completo, lo atroz
de estas tierras, decís
lo menos bello del reino.
El reverso de las cosas
te tiene así, hermano
hasta parecés el parpadeo
de la materia en la tela del
tiempo cuando gira y está
como a punto de saltar.





4

Acaso solamente
estemos viviendo
la inmensidad de un
presentimiento. De ahí
en adelante
el milagro consiste
en que esa dimensión
nos perfore, no consiga
aplicarse en nada, apenas
abra la puerta creándola
en el gesto
mismo de quien va
a pasar por aquí, ahora.




5

el agua de la pava lista

y en algún lado del mundo una casa
pensás
está destruyéndose

mientras
acaricias el gato

la hoja que veías arrastrarse
por la espiral de viento sobre la gris
canaleta del parque ahora va
a parar hacia el reseco
barro de un charco

sabés que también vos
habías pasado por ahí
y viste
cómo la infinita esfera de agua
repetía deformando el peso de los naranjos

ahora el animal busca
un rectángulo de luz
y se recuesta

estás en la alta piedra
de las quebradas fulguraciones
donde ceden los rostros
decís
a la mordida de dios

entonces la hoja vuelve a salir
arremolinada
por el aire

y ahí es cuando
se estremece gravemente la tarde
y el animal
arquea el lomo como si
entrara de un salto a la irregular
sombra de la historia
y la partiera

pero era solo el roce
pensás
de la caricia




6

Cada encuentro revela
el tropiezo inequívoco
del que estamos hechos
y nos precipitamos decís
a hundirnos, pequeños
óvulos en su pozo grávido
fecundante, para recordar
de paso y otra vez que
de la misma materia se
cose irresuelta la luz y nos
devuelve al temblor fijo
y giratorio de este pedazo
de reino ahora habitado
tremendamente por una
idéntica, incendiada cuerda
que vemos envolverse
y unificar el pánico a las flores.







Gabriel Pantoja. Nació en septiembre de 1978, en Córdoba. Estudió donde no hubiera querido para recibirse de lo que sí deseaba. Practica, de tal manera, la clínica psicoanalítica y la lectura psicoanalítica y la escritura. Así los tropiezos del decir lo llevaron a la poesía, y con alguna más inestable frecuencia al teatro: hace de profesor en el dictado de algunas materias que porque se le escapaban a la memoria debía fijarlas –como al absurdo de un argumento- en un modo de actuación material. Publicó en 2015 el poemario Crack (por Ediciones de la Terraza) y en 2017 Géminis, por ediciones del Dock, con el cual obtuvo el premio Javier Adúriz de poesía y del que sigue sospechando de ese accidente.


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