lunes, 17 de julio de 2017

María Florencia Rua







las latitas de coca cola en la heladera de la estación de servicio
el ruido de las zapatillas en el piso mojado
una canción vieja que nunca escuché hasta ahora
sobre la mesa remeras planchadas
conocí a alguien que me gustaba por ser distinto
la idea de un perro para el futuro
conversaciones atrapadas en el chat abierto
ropa del pasado en una bolsa de consorcio
vacío un atado de cigarrillos convertibles
el pasto crecido y amarillo
compañía virtual y encendedores
para elegir millones de películas
colgada en la terraza una gris bombacha de algodón
prendida la televisión en un canal de documentales
qué recuerdos usar?
un artículo de limpieza fuera
el calor del termo al lado de la computadora
pornografía y frases anónimas
directo al sentimiento una imagen
qué haré para mi tranquilidad?
un mosquito a punto de morir
abriendo la puerta de rejas negras la chica de enfrente
raid y oscuridad
para no perderse en internet planes
una gillette
luz blanca del supermercado abierto
tristeza en la bandeja de entrada
la lluvia ordena
un pensamiento arriba
después de ser usadas las cosas




A lo mejor también podemos ser amigos
y el canal con el que me abrazabas
puede hacer piso más lejos.
Me gusta quedarme quieta
viendo cómo nada interviene.
Es raro cuando decís que te acordás
de cada detalle
de cada escena
y después
te das a la fuga.
Yo me acuerdo de esa noche en la que prendí la luz
cansada
para matar a un mosquito
en el cuarto.
El insecto veloz,
evasivo.
Su cuerpo de una punta a otra
haciendo ese sonido raro.
Cuando lo aplasté y 
vos festejaste y
me dijiste que era hermosa
yo vi con asco su sangre en la pared.
No me dormí pensando en que las cosas a veces
funcionan de costado.
Vos seguías siendo el mismo pero
mal iluminado.
Como una foto fuera de servicio.
Un plano respirando cerca.
Algo sin profundidad
ni corazón.
Me pediste que prendiera
el aire acondicionado.
Ese artefacto capaz de modificar el clima.
Cerré los ojos
e imaginé que estaba sola
en la nieve.
Yo y un espacio blanco
y helado.
Efecto escarcha en el cuerpo
Escucho el ruido del exterior.
Un avión pasa por encima.
¿Y vos?
¿Qué pensás sobre las emociones?





chico encantador, I follow you
de tren en tren
llegaremos a tu ciudad en las afueras
y un edificio alto detrás de la estación
con paredes verdes
perdámonos en tu departamento
yo también estuve perdida ahora
usemos las palabras fáciles
perdón y gracias
mi corazón nervioso?
podés ver y tocar
no importa que el día de mañana
no sepa cómo volver
puedo entender con señas
y si me despierto de noche
decime cualquier cosa en voz baja
yo voy a cerrar los ojos
y a esperar quieta tu mano
mi amor, por favor
esto es distinto y bien
En cualquier idioma el cielo azul
parece a punto de explotar
mientras no dejás de mirarme





esta mañana me dijiste
que te habían robado
la riñonera
cuando lo leí
sentí como una espada electrizante
en la columna vertebral
me gustaba mucho tu riñonera
negra y de cuero
la llevabas en la cintura
como un superpoder eras la heroína
de las ficciones
hoy me puse triste y pensé
que estaba bien ponerse triste
porque algo de la amistad es compartir
los sentimientos
y a la vez las cosas
las cosas ponen en evidencia
el vínculo afectivo en las cosas
también hay una fuerza
pidiendo ser usada
y la amistad es usar todo
lo que está al alcance
apropiarse de lo que es del otro
y potenciarlo
la amistad es una cuestión de pertenencia
y metonimia
que quiere decir:
todo que te roben a vos
también me desaparece a mí
como por acto de magia
lo bueno es que en el intercambio de emociones
yo puedo darte un poema
para que no te sientas tan triste
o para que la tristeza haga foco de luz
porque la amistad también es eso:
hacer foco de luz
iluminar lo que no sirve o está oscuro
o simplemente cambiar de cuadro de imagen
la amistad es hacer que el amor
produzca un efecto secundario
encontrar gestos fugaces
y darles un significado
también fugaz
en la amistad todo es fugaz
menos la amistad
las tramas los contenidos
se desintegran
y la amistad permanece
el único fin de la amistad es permanecer
ya sé que no estoy diciendo nada nuevo
nada nuevo se puede decir de la amistad
porque la amistad es todo
no sólo hablar de chicos en una pijamada
aunque qué lindo es hablar de chicos
antes de ir a dormir




María Florencia Rua (1992) vive en Villa Luro. Es actriz y escritora. Realizó talleres con Nacho Bartolone, Mariano Tenconi Blanco, Cecilia Pavón, Jazmín Titiunik, Ariel Farace, entre otros. Estudia actuación con Matías Feldman y Santiago Gobernori. Da talleres de poesía y de teatro para chicos. En septiembre estrena su ópera prima “La noche quieta” en Granate Espacio. 
Link: maflorenciarua.blogspot.com.ar

Principio del formulario



No hay comentarios.:

Publicar un comentario