martes, 8 de noviembre de 2016

Brenda Ananquel Anaya






Atemporal

En un antiguo cactus,
el olor a las legumbres,
a tu pelo en remolino,
al café de las mañanas.
Pero aún no sé,
el exacto momento,
la reacción del acontecimiento,
de tenerte frente a mí
y reconocerme.
De ser de vos o ser de mi
o ya no ser una unidad.
Ya no hay relato que lo intente,
tenerte aquí y no estremecerse,
oírte cantar y no asolarse.








-25-

El mundo padeciendo
 del encuentro
y nuestros ojos conectando
con el éter,
mirándonos,
gesto con gesto,
ahuyentándonos,
de espejo a espejo.







-333-
Otra vez,
en el precipicio.
Yo intenté
volar.
Las calandrias acataron,
la señal.
Ni tu nombre,
ni tu rostro,
fueron predecibles.
Salté,
desheredada del mundo,
sospecho,
que sonreíste.
Ni todas las eras,
ni todas mis natalidades,
ni todos los desencuentros,
me desheredaron de vos.








-34-

En la antesala cuelga,
una linterna enlazada
y en su techo bajo,
se amortiguan,
los diluvios de aquí.
pero yo no soy
 de estas tierras paisanas,
tampoco de donde nací.
Ambulante es mi tiempo,
mi casa es de lona
y perfecta se ve la luna,
si abro sus cierres
y figuro una ventana.





Brenda Ananquel Anaya, nació en Buenos Aires en 1991. Actualmente viaja por Latinoamérica, redactando sus experiencias.

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