martes, 19 de abril de 2016

Mirta Castaño





Durante la tarde
suena el tren eléctrico
a dos cuadras de casa
mientras escribo
me pregunto
por esos fantasmas
que regresan
doliendo el día.





Desasosiego

que en este vagón del roca
me asfixia este martes
de enero
cuando la última partícula de oxígeno 
en la estación
desciende 
con tus palabras
porque entendí
que me dejaste
de querer.





Viajo en tren
la soledad
siempre
es contundente 
de noche

aparecen los fantasmas
y  recorren el vagón
y no queda claro
si esos reflejos
en la oscuridad
son ellos
o nosotros.




Claridad

es la cualidad perfecta 
para describir
 la  forma
 en  que recreo
 el recuerdo que
vive  en tus mensajes
que  la costumbre
de  no borrar
y   guardar
permite  leer y releer 
a  veces a voluntad
y  otras, automáticamente
cuando en pleno silencio
se activa la soledad.




En el preciso instante
en que subías al taxi hacia el aeropuerto
un hilo de perfume desataba la ausencia de tus pasos
en la calle
en la escalera
en la habitación
en la cama
en el blues que necesitabas escuchar
en la guitarra y el sexo que amabas

en el preciso instante 
en que todo resulta indiferente
en todo caso qué caso tiene insistir
en el irrisorio acto de deslizar
en el teclado
el mensaje
que nunca leerás.




Mirta Castaño nació en Lomas de Zamora pero vive en Ezeiza. Publicó su primer poemario: Abraxas en 2015, con el sello editorial El Ojo del Mármol. Trabaja en docencia desde el año 2000. Actualmente participa de talleres de escritura de narrativa y poesía: la verdadera cocina de sus escritos, dice, ya que considera que escribir con otros enriquece la literatura.


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