sábado, 30 de enero de 2016

Valeria De Vito




Viento en la ruta

Tomo té,
escribo.
Es el viento
o el corazón,
el que galopa.

El coche nos dejó.
Sin decir una palabra
regresamos acá.

Anduvimos como briznas de viento
contra la corriente,
hasta llegar a este hotel
lleno de frío,
rodeado de caballos y jabalíes.

Aunque en un rato amanezca,
acá no habrá música,
apenas tus ronquidos.

Estamos lejos de todo,
lejos de darnos un beso
lejos de imaginar la paz.





Noche de furia

Anoche, hubo furia de estrellas.

Pronosticaron lágrimas,
intentos de robo,
alarmas,
granizo,
incendio,
y se olvidaron
de la furia de estrellas.

Nos sumergimos
en una ficción:
Imagino un pronóstico nuevo:
el sol cierra
en un cielo rojizo.
Nosotros,
sentados 
sobre la orilla
del río.
Cada junco tiene su color.
Los juncos y yuyos, 
las manzanillas y el cardo,
los grillos que se hacen oír
desmienten un pronóstico vencido,
actualizan el amor,
lo vuelven parte de lo natural.
Hacen brillantes los sentidos.

Estamos acá.
Donde el cielo,
el agua,
las plantas y los animales
nos comprenden,
haciéndonos  parte 
de un todo original.

A varios metros,
sombrillas de paja
sacuden oscuridad.
Una tormenta de polvo amenaza.





Un mosquito filoso

Llovía
cuando
estábamos juntos,
y juntos caminábamos 
no sé adónde 
o dónde
llovía,
no sé.

No sé
si escribo
para vos
o para mí;
por qué escribo
si sé
que
me pasa.

Son muecas, gestos
partes de un todo
que se está yendo.

Lamento, lamento, lo lamento,
mientras un mosquito filoso
me pica el antebrazo
y paro de escribir para matarlo.

Quiero volver a verte
o empezar a verte,
a comprender
qué  pasa,
qué escribo,
para qué escribo.

¿Para nada
o para vos?

Quiero volver a verte
o renunciar
a verte,
a aceptar
qué pasa,
qué pasaba,
por qué el odio
es un amor tan grande
que se esparce por el cuerpo.



Valeria De Vito nació en diciembre de 1977. 
Publicó el libro de poemas "Colección de fantasmas" (El ojo del mármol,  2014/ reeditado por Ediones 27 Pulqui en 2015).
 Participó en las  antologías:  "Veni, Vidi, Vici" 42 canciones de Madonna reinventadas en poesía, obra visual;  y de "Taco aguja" (ed. Pelos de Punta, 2016), una antología de cuentos de escritoras argentinas contemporáneas.
Dirige el sello editorial El ojo del mármol y coordina talleres de lectura y escritura creativa.

Estos poemas pertenecen al poemario inédito "Un ramillete de rocío".


martes, 26 de enero de 2016

Ana Claudia Díaz




Las orcas


El océano inmenso nos rodea acá para todos los costados. Atlántico sobre el manto. Esta mañana había aparecido una tortuga marina gigante de carey, quedaba solo su caparazón en la orilla que baña mi costa, cuando llegué. El resto del naufragio la trajo hasta acá. A veces las olas son tan altas que tapan el muelle. Yo siempre pienso que iré a abrazarte corriendo cuando venga el maremoto. Seguro lo anuncien en la radio o en algún programa del cable. Y me quedaré ahí con vos, hasta que las aguas lo cubran todo. Si nos agarra de sorpresa, subiremos a los techos y ahí ya no sé, capaz te vea de lejos, con suerte. Desde el mangrullo se ve mejor el mar, se ve más adentro. Pero no más profundo para saber si las placas están chocando o si aquel movimiento pertenece a las orcas que avanzan hacia al sur en bandadas iguales. Cincuenta orcas a lo largo de mi mar. Cincuenta orcas para ver pasar antes de dormir, para contarlas. Sus cantos de noche de sirenas de altamar. La música que tiene la playa, casi como el sonido de adentro del caracol. Pero ahora, cincuenta orcas están nadando sueltas y juntas, sin ninguna red cerca que les atrape la libertad. Sopla fuerte el viento a veces y rompe todo, desde adentro pareciera como si la costa se desarmara en mil fragmentos, retazos del sol que caen como rayos. Yo siempre vuelvo hasta la orilla. Pienso que algún día quizás salga un monstruo marino y me lleve a vivir allí adentro, con ellas al final y sin soltarte la mano. 





Mantra 


La insolación
condición de peligro frente a la agonía
la crueldad del cuerpo como un cuchillo
como una mentira madura a punto de estallar
a esa posibilidad
un ostracismo
un mantra

indecisos ciervos atraviesan mi mente
con el pelo rojizo que les da el verano
yo trepo por sus cuernos ramosos
para ver más allá
como por una escalera de trenzas de pasto seco
una hilera de hormigas morenas se discurren lentamente
hasta llegar al barro o a las maderas
me acoplo a sus ojos
tratando de rasgar el futuro espeso
con el único afán de seguir hasta el hartazgo
levemente.





Punto lobo 


Río al entramar mi vértebra
un jardín enorme de sal la verdad
busco todas las bocas descarriladas
sus bordes para iluminar el vacio su fuga
los lindes de un molusco amor
las curvas del mundo el gesto que se estadía.

Punto lobo en la maleza la memoria ahonda abismo
a destiempo es mi palabra descifrable
borrando la ondulación puedo encontrar en el degrade
la amenaza de tu nombre
esa trémula trama intencional
se pliega en la grieta donde discrepa
enmoheciendo como una ciénaga despierta
desharé el frenesí de su sonido
desoiré toda alucinación del sentido
¿paraliza con sus hilos la razón el mar?
solo hasta que brote su piel
anaranjada barba piélago del sol y nos alcance.





La conversación 


Enmudecerá todo el interior
después de horas de oírse al borde del abismo
vacío de aullidos
sobre las hierbas agrias
la duda
como un adorno
de una secuela pasajera, el desatino
como millones de tálamos trémulos
que se templan con la temperatura del azar
y siguen en pie
para no decaer olvidados
entre las cenizas del monte
y sobre el polvo, ingenua
la conversación

sí, una tropa de arboles amenazará nuestro diálogo
será una trampa
siempre fue así
la historia entre nosotros nace ausente
y se esconde atrás de las puertas
en cavernas de puros ecos
construyendo la mañana en un sótano gris
o en ninguna parte
el viento susurra salmos en mi espalda
y me resguarda en sus costuras
camino hacia el pueblo en donde sé que estás
de lejos, la escena se repite
mis vestimentas, rojas
el sol, una pirámide dorada que me insola
alumbrándome, horizontal
hasta aprender que nadie
finge una frontera.



Ana Claudia Díaz (Santa Teresita, 1983). Publicó Limbo (Pájarosló Editora, 2010 - La One Hit Wonder Cartonera, 2012), Conspiración de perlas que trasmigran (Zindo & Gafuri, 2013) y Una cartografía de la insolación (Club Hem, 2015); las plaquetas Vuelto Vudú (Pájarosló, 2009), La ecología de las poblaciones (Pájarosló, 2010) y Al antojo de las anémonas (Color Pastel, 2011). Participó en las antologías Pájaros en la frente (Pajárosló, 2011), La Juntada (APOA, 2012), Canciones (Ediciones presente, 2013), Re-Invención (Proyecto Madonna, 2013), Estaciones (La Parte Maldita, 2013), Poesía Deliberada (Textos Intrusos, 2013) y Poesía de hoy y de siempre (Eloisa cartonera, 2014). www.anaclaudiadiaz.blogspot.com



viernes, 22 de enero de 2016

Hernán Tenorio




La zamba

no nimba ni zumba 
la zamba de una esperanza rota 
el solo hecho de estar cruzando un tambo 
cuando un tambor repiquetea al viento 
la polvareda ajena y el poncho del caudillo
cuchillo borgeano y mentiras 

un día se desmadra en cuanto silencio anda caminando 
y oliendo a bosta de animal pampeano 
la salvajada toda al descubierto 
con la carne pa’ el asado 
desangrándose el atardecer 
ni bien comienza a caer
el sol 
y el repique del bombo 
y el bobo que sigue aguantando…
la puta madre




Serpientes aisladas 

No se abre la flor 
es invierno 
el manto de hielo cubre el suelo níveo 
y él ni vio las casuchas sangrantes de paso del rey 

son flotantes capiteles con serpientes aisladas 
y en los techos 
las tejas rojas como el fuego
y las chotas enseñanzas del amor al pedo 

cubre el fondo tu amparo 
la lluvia es tu cara ampulosa y en dejos de impudicia 
se sostiene dios al servicio de los garcas

ahora sí 
ya tenemos papa 
¡sale con fritas!





En la cara del mar

No se estila 
mejor dicho se cumple
la militancia milica y chota

los putos del hambre
la paz del hombre en pelotas 
cruzando la raya del culo 
en la cara del mar 
tu arma asfixia la entrada y salida de camiones 
¡eh, piraña! 

me extingo en la fortaleza de los días perfectos 
y el sol se cubre de mugre y viento 
en las duchas salen cada vez más santos
a veces también 
extraterrestres podridos 
nacen así ya 
con la carne sucia y los dientes afilados 
como las pirañas de río 

no sé qué más…





Hernán Tenorio nació en Lanús, Provincia de Bs. As., en 1978. Es profesor de castellano, literatura y latín. Publicó su primer libro de poemas Guitarra nocturna en 2013 por el sello editorial El Ojo del Mármol. Algunos de sus textos se pueden leer en su blog: www.hernantenorio.blogspot.com. Los poemas publicados aquí pertenecen a Nonegar (ladosb), 2014, inédito.












 

martes, 19 de enero de 2016

Patricio Foglia

Foto: Natalia Leiderman


¿a quién no le gustaría tener el recuerdo
de su infancia con un sauce
a la orilla del río
con sus largas hojas grises tocando la corriente
y el viento leve como una textura
y el tiempo que pasa suave
móvil inmóvil
ligero? pero yo no nací en Entre Ríos
y lo más parecido al Paraná
fue para mí la Autopista Dellepiane
con el andar continuo de los autos
los neumáticos y su roce con el asfalto
la marcha de los motores como un rumor
me encantaba quedarme mirando
la Autopista de la mano de mamá
tanto como dormir la siesta
o mirar cómo se deshacía
una cáscara de naranja en la hornalla
en el fuego
pero en la ciudad todo es velocidad
y las cosas no duran para siempre
el Comité Radical en dónde mamá militaba
hoy es un centro de jubilados
pero qué hermosos los sauces del Paraná
qué hermosa mi mamá cuando me peinaba
qué hermosa cuando me dijo no te preocupes
si te cargan por tus rulos
tu pelo es la copa
de un árbol frondoso y tu palabra
mamá es para mí
un árbol frondoso
mi sauce increíble a orillas del río.




dicen que julio los prepara y agosto se los lleva
pero mi abuela murió en verano
a finales de febrero
en una cama del Santojanni
y sus últimas palabras
no las recuerdo
pero me acuerdo de la vista de su ventana
en la terapia intermedia
que daba al patio del hospital
y de un árbol
lleno de hojas verdes y sin pájaros
y me acuerdo también
de las enfermeras y los enfermeros
de su trabajo
de hormigas blancas
con sus antenas y sus barbijos
y una vez llegué
y la estaban levantando
a mi abuela
sobre sus hombros
para llevarla en andas
y ella se dio cuenta de que yo estaba ahí
y me saludó con la mano
desde su caravana de hormigas blancas
al cruzar el patio y su árbol
directo hacia el sol
al final de la tarde.




hoy es feriado y pienso aprovecharlo
voy a barrer mi cuarto
a lavar mi ropa
voy a sentir
con los ojos cerrados
el olor reparador del suavizante
voy a poner la radio y a esperar
una canción que envuelva el aire
con su terciopelo pop plateado
con mis auriculares rojos puestos
voy a dar la vuelta al perro
pero sin perro
y la ciudad
va a encajar perfecto
la ciudad va a ser sólo para mí
al menos los tres minutos
treinta y tres segundos
que dura We can´t stop
mi tema preferido de Miley Cirus.





Patricio Foglia nació en 1985, en Buenos Aires. Publicó Temperley, Lugano 1 y 2, y La escafandra. Todos los poemas pertenecen a Tranquilidad en ningún lado te encuentro, inédito.